Es un problema relacionado a la defecación que ocurre, generalmente en niños. No es un trastorno muy frecuente, pero causa mucha preocupación a los padres.
El pequeño que presenta este problema suele pujar hasta ponerse muy rojo, llora y se fastidia durante muchos intentos de tratar de defecar sin poder hacerlo. A su vez, repite esto durante varias veces al día hasta conseguir defecar heces blandas o líquidas.
Muchas veces, este síntoma se suele confundir con molestias relacionadas a una mala digestión o estreñimiento, pero en realidad es un problema causado por la inmadurez de los intestinos cuando ocurre una incoordinación para la expulsión de heces. Normalmente deben coordinarse los movimientos intestinales y el aumento de presión dentro del abdomen, con la relajación del esfínter anal del pequeño; sin embargo, en los pequeños con disquecia no existe esa coordinación.
El examen físico de un pequeño que presenta este trastorno debe incluir la exploración del recto para descartar
cualquier problema anatómico en el ano y en el recto. Este trastorno no requiere tratamiento y se resuelve naturalmente al cabo de unas cuantas semanas. Asimismo, no es necesario el uso de supositorios u otras técnicas de estimulación en el pequeño.
Referencia bibliográfica: Issell, C., et al., (2020). Functional Digestive Disorders in Infants. Archivos de medicina, 16 (2:2). doi: 10.3823/1425
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